La importancia de las vacunas y el villano que inició el movimiento contra ellas

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Durante el siglo XX hubo tres avances que, en materia de salud, hicieron que la mortalidad y la morbilidad (enfermedades) a todas las edades, pero sobre todo a nivel infantil, disminuyeran importantemente: acceso a agua potable y saneamiento, antibióticos (con todos sus defectos cuando son mal utilizados y motivo de una entrega futura) y las vacunas.

     De una manera muy general, las vacunas funcionan despertando en el organismo defensas contra agentes infecciosos dañinos. Hay 2 tipo de vacunas, las de organismos vivos atenuados (varicela, sarampión, rubeola, paperas, rotavirus, tuberculosis) o de componentes de bacterias o virus muertos (todas los demás). La maravilla detrás de todo esto es que exponiendo al cuerpo a organismos vivos muy atenuados o débiles o a pedacitos de virus o bacterias, el sistema inmune reacciona formando defensas contra los agentes vivos en un futuro.

     Sin embargo, hemos visto con gran tristeza como el movimiento anti-vacunas (MAV) ha tomado una fuerza inusual en los últimos años, a tal grado que en países de primer mundo, las tasas de vacunación han descendido a niveles alarmantes. Enfermedades que ya se creían erradicadas, vuelven a surgir: sarampión en Francia y nuestro vecino del norte, tosferina en varios lugares, polio en África. Afortunadamente, en México este MAV aún está concentrado en algunos sectores. Quienes lo abanderan son, paradójicamente, personas de recursos socioeconómicos buenos, profesionistas y habitantes de ciudades grandes. Quienes tienen acceso a más información, son quienes menos utilizan ésta correctamente  y sacan conclusiones equivocadas.

     ¿Dónde empezó el MAV? Te cuento la historia resumida. ¿El culpable? Andrew Wakefield, “científico” británico. Allá por 1998 este seudodoctor publicó un artículo en una revista inglesa de mucho prestigio, “The Lancet”, en donde asociaba a la vacuna del sarampión (se abrevia como SRP junto con paperas y rubeola o como MMR en inglés, y se aplica al año de edad) con problemas inflamatorio digestivos y con autismo. La prensa británica e internacional, desde luego, ávidas de noticias sensacionalistas, reprodujeron estos hallazgos en los noticiarios y programas de televisión más importantes del planeta y provocó un revuelo mundial al grado que varios países suspendieron temporalmente esta vacuna.

     A raíz de lo anterior, y a partir de esa fecha, se inicia el citado movimiento, a tal grado que varios países del mundo deciden suspender la vacuna triple viral. ¿Resultados? Nuevamente muchos casos de sarampión en estos lugares, con muertes inútiles y secuelas. Casos ya no vistos de rubeola en el embarazo(enfermedad terrible que da sordera, cataratas y problemas de corazón). Y, desde luego, y hasta la fecha, es el fuego que alimenta a los escépticos de las vacunas, y da a los papás de niños autistas una explicación, o más bien justificación, a esta condición. Pero no es cierto.

     Posterior a esta “bomba” publicitaria y científica, las principales academias de medicina, organismos nacionales e internacionales de salud, y fundaciones científicas, se dedicaron a tratar de repetir los hallazgos de este estudio. ¿Resultados? Nadie, desde entonces a la fecha, logró reproducir los resultados del artículo. Con lo anterior, reporteros de varios periódicos empezaron una investigación secreta a este personaje, en donde se demostró que había serios conflictos de intereses financieros por parte de Wakefield: estaba por empezar un laboratorio que haría una nueva vacuna de sarampión con una técnica diferente; además, el estudio estaba lleno de imprecisiones, errores y hasta de procedimientos poco éticos que se realizaron en los niños (se hicieron punciones lumbares y endoscopías no justificadas). En vista de todo lo anterior, la revista original, “The Lancet”, retiró públicamente el documento y pidió perdón por no haber revisado más concienzudamente el mismo, los coautores retiraron su apoyo a Wakefield, y se le retiró la licencia para ejercer ¿medicamente? en Inglaterra. He aquí el artículo original del reportero que desenmascaró todo:  http://briandeer.com/mmr/lancet-deer-1.htm

     Pero el daño estaba hecho.

     A casi 20 años de este triste suceso, aún la gente cree que las vacunas causan problemas y autismo, por lo que en pocas palabras me dedico a desmitificar varios puntos al respecto:

  1. Las vacunas no causan autismo. Ningún estudio serio ha demostrado lo anterior. El hecho de que la vacuna MMR se ponga al año y se diagnostique autismo a los 18-24 meses no significa que la vacuna sea la culpable, sino que esa es la edad mínima en la que los doctores podemos diagnosticar la enfermedad. En retrospectiva, la gran mayoría de los niños con autismo ya tenían datos anormales desde antes del año de edad.
  2. Las vacunas no contienen mercurio dañino para el ser humano. El timerosal (que contiene mercurio inorgánico) es un conservador y no causa problemas. Por otro lado, este conservador es absolutamente necesario para transportar lotes de vacunas multidosis (un frasco con muchas dosis)  a lugares lejanos y con pocos medios de tener una sólida red fría; por lo que el quitar esta sustancia conllevaría que los países más pobres y necesitados no podrían manejar vacunas de frascos de monodosis (imagínense transportar 100,000 frascos de dosis única contra 1000 frascos de 100 dosis, por ejemplo, al Sahara). Todas las organizaciones internacionales de vacunas apoyan que esta sustancia siga existiendo en las vacunas de este tipo. Y las inmunizaciones en nuestro país, todas, son de monodosis, salvo la BCG que se aplica al nacer.
  3. No se deben poner muchas vacunas al mismo tiempo porque “sobrecargan” y debilitan el sistema inmune. Falso. El ser humano puede recibir más de 10,000 vacunas de diferente tipo al mismo tiempo y a todas haría anticuerpos.  Cuando más se suministran vacunas es durante el segundo mes de vida, las cuales son 8 vacunas juntas que previenen enfermedades sumamente importantes pues son a esta edad cuando más problemas causarían.
  4. Pueden modificarse los esquemas de vacunación. Falso. Los esquemas están hechos para asegurar el máximo beneficio para el bebé. Tratar de modificar las dosis o tiempo de aplicación va en detrimento de lo anterior y pone en riesgo al bebé.
  5. Las vacunas debilitan el sistema inmune. Al contrario, lo fortalecen, evitando enfermedades catastróficas.
  6. Las vacunas no pueden ponerse estando enfermo. Este es uno de los errores más comunes (y que el personal del sector público debería saber).Los cuadros virales simples, las alergias, las diarreas leves, son compatibles con ellas. _ Tristemente, en el invierno, esta es la causa más común de no aplicar las vacunas a tiempos correctos, como la de influenza, que  idealmente debe suministrarse en octubre o noviembre. Las únicas contraindicaciones para aplicar vacunas a la población general son fiebre elevada (38.5-39) o enfermedad grave.
  7. La vacuna de influenza tiene muchas reacciones. Totalmente falso. Pónganse a pensar que la vacuna se aplica al inicio de temporada de invierno. Si yo me aplico vacuna hoy y mañana por la noche tengo fiebre, NO ES por la vacuna, sino porque seguramente contraje un problema infeccioso viral de vías respiratorias. Este es el mito más común y el pretexto más argumentado para no aplicar esta inmunización. Curiosamente, quienes más pregonan esto, son los que andan buscando desesperadamente vacunarse cuando llegan epidemias fuertes de influenza, habiendo podido protegerse a tiempo.
  8. Es mejor contraer la enfermedad que poner la vacuna. Esto, sobre todo con varicela. Me toca ver infinidad de mamás que, sabiendo que el hijo de la comadre tiene varicela, van corriendo a juntar al suyo para que le “dé” la enfermedad. Esto es muy peligroso, pues sí tiene complicaciones (neumonía, meningitis, superinfecciones) y hay casos mortales. Para eso, precisamente, se hacen las vacunas.
  9. Las vacunas son peligrosos porque tienen efectos a largo plazo que no conocemos. Para la tranquilidad de todos, los fabricantes y las organizaciones mundiales de salud tienen seguimientos a corto, mediano y largo plazo de todas las vacunas que se producen. A la fecha, felizmente, ninguna vacuna ha demostrado problemas a largo plazo. Las enfermedades a las cuales protegen, la gran mayoría, si pueden tener consecuencias, secuelas o incapacidades en sus formas más graves.

     La razón por la cual hemos visto un descenso muy importante en enfermedades graves o muerte en la población infantil es porque las vacunas se diseñan para ellas, no contra nimiedades. Pregunten a sus abuelos de las epidemias de polio hace 50 años, de sarampión en los 80´s y 90´s, de neumonías hasta hace pocos años y de rotavirus hace apenas 10 años. Las vacunas han tenido un éxito rotundo. Pero se necesita que la gran mayoría de la población esté inmunizada. En lugares en donde por ignorancia, miedo, por hacerle más caso al MAV, las tasas de vacunación bajan, y por ende, habrá problemas. Les pongo como ejemplo Disneylandia hace 2 años en donde –por ser una zona de “newagers” californianos- había poca vacunación de sarampión, y hubo un caso importado del sudeste asiático resultando en una epidemia local a falta de esa vacuna.

     Es fácil  portar la bandera del MAV cuando el 99% de los niños alrededor sí están vacunados. Pero es una irresponsabilidad ante la sociedad pues el que se mantengan tasas altas depende de todos. Y recuerden, aún en el mejor de los casos, las vacunas no son 100% efectivas, por lo que se requiere de mucha consciencia y civilidad en este importante asunto de salud.

     En otra ocasión, hablaré en particular de la vacuna del Papiloma. Historia triste y frustrante dentro de historias tristes y frustrantes. Por un video y por hacerle caso a la comadre, las mamás están decidiendo no proteger contra la segunda causa de cáncer en la mujer.

     Si estuvo muy larga esta entrega y quieres resumir o convencer a alguien cercano a ti con un video simple y contundente, te presento este de los fabulosos Penn & Teller, pidiendo de antemano perdón por las palabras altisonantes que se usan. (aunque estoy de acuerdo con ellas):